Si eres una persona usuaria de redes sociales, probablemente estés haciendo una contribución relevante a la creación de conocimiento científico y la mejora de humanidad. Esta mejora de las relaciones entre investigadores/as y ciudadanía se ha publicado por la prestigiosa revista científica PLOS ONE (la primera revista del mundo interdisciplinar y de acceso abierto) en el artículo “Social Impact in Social Media: A new method to evaluate the social impact of research” 

El programa científico de la Comisión Europea ha financiado un proyecto (IMPACT-EV) cuyo equipo ha desarrollado una nueva metodología que ha tenido éxito en conectar mejor los científicos/as con todas esas personas ciudadanas que utilizan las redes sociales. La metodología SISM (Impacto Social en las Redes Sociales) permite a los científicos/as seguir diariamente los usos que la ciudadanía hace de sus investigaciones para mejorar sus vidas y el resto de la sociedad.

Por ejemplo, SISM permite a los científicos/as que han creado el Programa EuroFit seguir de cerca a través de las redes sociales cómo la ciudadanía lo está usando y compartir evidencias de cómo está mejorando su salud así como posibles consecuencias negativas. Por un lado, los científicos/as pueden calcular el impacto social de sus hallazgos, que es un componente cada vez más demandado para obtener financiación para nuevas aventuras de investigación ya que ahora el énfasis actual recae en devolver al bienestar de la ciudadanía lo que la ciudadanía está contribuyendo a través de sus impuestos. Por otro lado, las evidencias que los investigadores/as están compartiendo les permiten orientar futuros trabajos, para investigar más a fondo los efectos positivos y cómo evitar los negativos.

Tal vez no esté solamente interesado/a en mejorar su salud personal, sino que también en mejorar el estado de salud de toda la Humanidad en general. Partiendo de una investigación que muestra cómo “si el 1 por ciento de la comida que se usa para alimentar a los pollos para asar en Europa se cambiase por el 10 por ciento de la mezcla NOSHAN, la cantidad total de emisiones de COque se evitarían sería de 0.62 millones de toneladas cada año.” (Coordinador del proyecto NOSHAN), el artículo muestra cómo las personas usuarias de redes sociales como el movimiento “Zero Hunger Challenge”, y muchos otros colectivos y personas están difundiendo esas evidencias para contribuir a reducir las emisiones de COen el mundo y en última instancia, a reducir el hambre.

Los autores/as de esta metodología de trabajo de tres universidades diferentes (Universitat Autònoma de Barcelona, Universitat de Barcelona y Universidad de Zaragoza) están fuertemente comprometidos en contribuir a la transformación potencial de las relaciones entre ciencia y ciudadanía, haciendo que ambas sean mejores. Uno de ellos fue contratado personalmente por la Comisión Europea para desarrollar los criterios para evaluar el impacto político y social de toda la investigación científica desarrollada bajo el próximo nuevo Programa de Investigación Europea.